El niño que vende rosas junto al semáforo
Pablo vende rosas. Rojas, blancas, amarillas, rosadas. Tiene doce años. Se ubica todas las mañanas junto al semáforo, en el barrio Los Álamos, al norte de Cali. Sus ojos revelan inocencia, ternura e incluso sueño. “Rosas, rosas, baratos los ramos” pregona. “Para la esposa, para la novia, para la amiga...”. La misma rutina todas las mañanas, cuando el sol despierta perezoso sobre nuestra ciudad.
Si, yo se: en su país, ciudad y barrio también venden rosas. Estamos de acuerdo en ese punto, pero sobre lo que deseo llamarle la atención es sobre el drama que hay detrás de Pablo. Es apenas un adolescente. Lo ideal es que hiciera lo propio de un niño de su edad. Jugar, soñar, disfrutar del calor de su hogar y responder a los compromisos escolares.
Nuestro amado Señor Jesucristo expresó su amor por los niños: “Mas Jesús, llamándolos, dijo: “Dejad a los niños venir a mí, no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él” (Lucas 18:16, 17).
Los Pablos que hay en todas partes
Tal vez usted no puede hacer nada por Pablo. Quizá está lejos de sus posibilidades. Sin embargo, cerca de usted tiene a muchos Pablos...Sus hijos, sus hermanos, sus sobrinos...¿La tarea? Dejarlos que vivan a plenitud la niñez... Crear las condiciones propicias para que disfruten cada instante. Estos hermosos recuerdos del amor, la tolerancia, la comprensión que le ofrecieron sus padres, jamás se borrarán de su mente...Un abrazo, una frase de estímulo, un regalo, son semillas que germinan...Y de paso, sirve de base para que él mismo sea un buen padre, un buen hermano y un mejor amigo...
Es posible que al leer sobre Pablo, el niño que vende rosas, reflexione que es el fiel retrato de su vida o de su familia. Reconoce que no ha sido un buen padre...Esa situación puede cambiar,. Dios quiere transformar su existencia y la de su familia...
Autor Pastor Fernando Alexis Jimenez
www.unvasomasfragil.com